EI futuro de Lunin cada vez se acerca más a completar un giro de 180 grados. El ucranio no encajó del todo bien el fichaje exprés de Kepa en agosto cuando se rompió Courtois y volvió a valorar seriamente llevar sus pasos a otro club donde, pensaba, sí pudiera pelear la titularidad. Seis meses después, Lunin es otro.
En Leipzig se doctoró como portero del Madrid en un escenario que era desconocido para él, el de una ronda eliminatoria de la Champions. El ucranio ha completado esa casilla del formulario de aptitudes, la de no sólo rendir, también ser salvador cuando los focos de la competición fetiche del club te apuntan de lleno. Sus nueve paradas sirvieron para burlar las embestidas del Red Bull y poner a resguardo un 0-1 que tiene un efecto tranquilizante para la vuelta (6 de marzo). Por el camino, despejó cualquier atisbo de debate en el Tendido 7 del madridismo. La titularidad es suya, bendecida por Ancelotti (“Ha sido su mejor partido en el Madrid”), y el club se frota las manos porque se evita un problema… mientras crece la cotización del portero que es de su propiedad. Las opciones del cedido Kepa tocan fondo. Y el valor de Lunin se dispara. Hasta el punto de que el Madrid no descarta incluso ofrecerle una ampliación de contrato.
El actual, extendido hace pocos meses, vincula a Lunin y al Madrid hasta 2025 pero la proyección del eslavo no para de crecer y su edad es perfecta: 25 años recién cumplidos. Un valor de mercado que puede recibir un impulso mayor si Ucrania, con Lunin bajo palos, juega la Eurocopa de Alemania. El 21 de marzo su selección, en la que el portero madridista está dentro del mix de cuatro guardameta que maneja el seleccionador Sergei Rebrov, jugará las semifinales del playoff de repesca contra Bosnia-Herzegovina.
Antes de esa hipotética cita en Alemania para Lunin, el ucranio tuvo su mejor noche precisamente en el este del país teutón. Su gran actuación en Leipzig recibió el apoyo público de sus compañeros (Brahim ‘compartió’ con el ucranio el trofeo de MVP del partido) y hasta de Courtois, que respondió al gran partido de su compañero con un par de emojis de fuego en Instagram. Lunin on fire.
La mente del cancerbero ha virado en las últimas semanas. Una vez conquistada la batalla de la titularidad, está encaminado a cumplir el año que le queda, como poco. “Obviamente, quiero seguir”, dijo la semana pasada en El Chiringuito. El portero está encontrando una estabilidad con la que se ve legitimado para poder ser competencia real para Courtois cuando el belga regrese. Esa es su condición, quiere jugar o al menos no sentirse en el ostracismo al que estuvo condenado en los años pasados.
Competencia con Courtois
Y el Madrid, encantado. Si Lunin se mantiene en esa idea de continuar la entidad no tendrá que gastar en el mercado para fichar un portero suplente (el plan veraniego pasa por refuerzos low cost y sólo se tiraría de chequera si es para un gigante, sea Mbappé o Haaland). También se podrá hornear un poco más en Valdebebas a Fran González (18 años), la torre de La Fábrica a la que el Madrid prevé un gran porvenir.
Las dudas con Lunin han dado paso a una confianza palpable. Para esta temporada y la que viene da seguridad al staff técnico y al club ante el peor de los escenarios, que a Tibu le cueste recuperar su forma previa a la rotura del cruzado. Las previsiones con el belga se sitúan en un potencial retorno a finales de marzo. El Madrid estará en el meollo de la temporada y Lunin, puede que para entonces, esté más que asentado.