El Real Madrid está firmando una temporada muy cercana a la matrícula de honor: sólo ha perdido dos partidos en toda la temporada, ha ganado ya una Liga de forma holgada y una Supercopa de España y competirá por levantar la 15ª Copa de Europa de su historia ante el Dortmund en Wembley el 1 de junio. Y gran parte de influencia en estos éxitos la han tenido los jugadores de la plantilla que acaban contrato el 30 de junio y, por tanto, que no tienen la continuidad garantizada. Pero este fin de curso ha abierto las puertas para que (casi) todos se queden.
El único que sabe seguro que no seguirá es Kepa. El portero llegó para ser el titular toda la temporada tras la grave lesión de Courtois, pero perdió el sitio en favor de Lunin y no ha sido capaz de recuperarlo. Ahora que el belga está recuperado y ya ha vuelto a jugar, Kepa pasa a ser el tercero de la fila y regresará en julio al Chelsea, de donde salió cedido. Pero lo ha administrado con gran deportividad y, desde su parcela, ha sabido apoyar: sin ir más lejos, tuvo su peso en la tanda de penaltis del Etihad ante el City, avisando a Lunin de que Bernardo Silva suele lanzar por el centro. Por ahí lanzó y ahí estaba el ucraniano esperándole.
En defensa, hay dos situaciones bien distintas: la de Lucas Vázquez está bastante más clara, ha terminado la campaña a gran nivel, con una exhibición en el Clásico en el que el Madrid dejó sentenciada la Liga, y el Madrid apostará por que siga siendo el refresco de Carvajal en el lateral derecho. El caso de Nacho es distinto: el capitán ha jugado tanto la vuelta de cuartos como los dos partidos de semifinales, pero en la ida ante el City se quedó en el banquillo para que jugase de inicio Tchouameni como central y tras ser sustituido en Múnich se le vio molesto. Nacho tiene desde hace años entre ceja y ceja la idea de ser un One Club Man, pero sabe que es el cuarto central y esa situación no siempre es fácil. Su presencia o no en el once de la final ante el Dortmund puede tener mucho peso en la decisión que tome, si bien el Madrid siempre le pondrá un contrato delante para que continúe.
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En el centro del campo, otras dos situaciones bien distintas. La de Kroos está enteramente en sus manos. Sabe que el Madrid le ofrece renovar una temporada más y que considera que está plenamente vigente como jugador, si aún no ha extendido su contrato es porque él se lo sigue pensando, aunque en el club reina el optimismo y creen que, una vez que acabe la campaña oficial de clubes, firmará su nuevo contrato de blanco. Lo de Modric es diferente: hace un mes, la apuesta general era que su camino en el Madrid acababa este curso, pero sus actuaciones en las rondas finales de la Champions han planteado un nuevo escenario. No le ha importado salir desde el banquillo para darle otro tono a los partidos y lo ha hecho especialmente bien. Ancelotti quiere que siga y él aceptará el contrato que le pongan por delante, asumiendo que su rol es el que es y que pude ir a menos. Valora, ante todo, seguir en el Madrid. La pelota ahora está en el tejado del club, pero sus opciones de continuar han crecido mucho y si hay doblete Liga-Champions, se hace complicado pensar que no lo haga.
Y por último, Joselu, cuya continuidad es prácticamente segura, toda vez que el Madrid tiene decidido ejercer la opción de compra de un millón y medio que tiene para ficharle desde el Espanyol. Sus cifras hablan por sí mismas: lleva 17 goles habiendo jugado 2.000 minutos exactos. Aporta un rol diferente a la plantilla y acepta de buen grado el papel que Ancelotti el ha otorgado. Pese a que llegarán Mbappé y Endrick, sabe que sigue teniendo sitio y se quedará en el Madrid 2024-25.
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