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Pocas veces, o ninguna, va a agradecer tanto el Girona tener que afrontar cuatro partidos en nueve días. Pero esta vez puede ser una bendición. Primero porque jugar la Champions es imposible que amargue a nadie y segundo, cuando lo que llevas son tres derrotas seguidas es una oportunidad para resarcirse. Con este objetivo encara el bloque de Míchel el duelo ante el Rayo. Sí el técnico se enfrenta a esa Franja que tanto ama. Pero no es momento de sentimentalismos. Cuando la necesidad ‘ahoga’, ganar, ganar y volver a ganar (sigue el partido en directo en As.com).
El Girona, tras caer ante Barcelona, PSG y Valencia, parece metido de pleno en una espiral de derrotas y de ahí que quiera salir de la corriente que le induce a creer en la ley de Murphy. Algunos motivos hay y es que en los dos últimos partidos, ante PSG y Valencia, todos los goles fueron en propia puerta. En París fue Gazzaniga y en Valencia, Juanpe. Precisamente si menos por menos es más, Míchel cuenta con el aliado perfecto: Gazzaniga. El portero, nacido en Murphy (Argentina) estará bajo palos y quiere volver a dejar su portería a cero. Nada de si algo puede salir mal, sale mal. Además, también tiene pasado rayista, lució la Franja la temporada 2016-17.
No se antoja un duelo sencillo, aunque a favor del Girona está que llegarán descansados jugadores importantes como Miguel, David López, Tsygankov e Iván Martín. Todos forman el núcleo duro de Míchel y no tuvieron minutos en Valencia para poder recargar pilas. Por lo tanto, se les espera a pleno rendimiento este miércoles. Y hablando de descanso, el Rayo se enfrentó, y empató, el pasado domingo contra el Atlético. Ahora vuelve al ruedo y está por ver si Íñigo le da la alternativa, por fin, como titular a James. El colombiano será, sin duda, uno de los atractivos en Montilivi.
Aunque quien provoca más sudor frío a la afición gerundense es Isi porque ha participado en al menos un gol en cada uno de los encuentros que ha disputado en LaLiga contra el Girona (tres partidos, dos goles y una asistencia). Íñigo tendrá hasta última hora las dudas de Álvaro y Gumbau (ya se perdieron el partido contra el Atlético) y apostaría, una vez más, por las rotaciones. Hasta ahora le está dando sus frutos y es que tiene a su equipo perfectamente engrasado: presión alta, bandas como puñales e intensidad a raudales. ‘Rock and roll’ en Girona.
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