Si este 2024 ha sido memorable en Bilbao, el Athletic se ha empeñado en despedirlo por todo lo alto, con un broche de oro puro. La guinda perfecta. En la estación de Champions ve partir del tren del año hacia el túnel del olvido tras un partido que engorda hasta el número 14 las citas sin perder. Si estos meses han sido gloria bendita, 2025 promete. Dicen que Osasuna nunca se rinde, pero es que se ha apropiado del lema el plantel de Valverde, que insiste hasta hacerse cargante, un pesado de tomo y lomo. Se apunta a todo, i el título liguero está descartado. Percute como el que más hasta lograr el premio. No pudo aquel contener a este equipo de aspecto rocoso, infranqueable, al que le sale todo.
Hasta lo malo se vuelve un aliado de los leones. La suerte también cuenta. Porque un esguince de tobillo de Sancet, uno de los jugadores tocados por una varita mágica, puso en liza a Berenguer. Y fue este el que culminó la remontada tras adelantarse Osasuna por mediación de Torró. Igualó Guruzeta con un tanto de esos que consagran a los grandes nueves y reventó la noche navarra un excanterano rojillo como Álex. Ante cualquier error ajeno, se lanzan al cuello como tiburones. Se van al parón navideño con 36 puntazos, soberbio botín.
Fue un pulso muy intenso, con un primer tiempo para los visitantes, fieles a su idea, con verticalidad y continuas oleadas al área contraria. Tras el descanso, todo resultó más igualado, no había un claro dominador… pero sí un plan B ajeno al dominio del cuero: en una jugada sin elaboración, sin más pase que un patadón del portero Simón, el debate acabó zanjado. Seis encuentros de Liga llevan los navarros sin ganar, se han atascado. La chispa de Bryan se echa en falta, su técnico ha explorado tres candidatos a suplirle. Se adelantan en el marcador casi siempre, pero luego les comen la tostada. Y esta vez Budimir estuvo desaparecido.
Valverde, designado Ilustre de Bilbao por el ayuntamiento y cada vez más ilustrísima majestad, es histórico: triunfo 200 en la capital vizcaína. Ya solo compite contra sí mismo, contra sus récords. Se queda a dos puntos de la mejor primera vuelta del club, que selló él mismo hace un año. El iguala su mejor racha de imbatibilidad, del curso pasado, la que ni Heynckes ni Bielsa pudieron oler. Una derrota llevan en los 21 últimos partidos, en Girona tras fallar tres penaltis. Y tres tropiezos en 25 choques desde agosto.
Los Osasuna-Athletic en El Sadar no son jamás pasajes de un par de horas hacia el bostezo. Al contrario, son truenos alimentados por la enorme rivalidad que mantienen ambas aficiones desde que, a los bilbaínos, por su particular filosofía, les dio por rebuscar a las perlas de Tajonar y llevárselas casi furtivamente. El inicio fue vibrante, un partido de esos que enganchan al espectador neutral y crea adicción a los que defienden sus colores.
Osasuna tenía claro que, si abusaba del pase al pie o tenía alguna conducción errónea, las balas de Valverde iban a silbar en los oídos de Herrera. Sancet se gira a velocidad de vértigo y lanza a los Williams, con Guruzeta a la expectativa más arriba. Nico y Gorka empezaron a avisar desde temprano. Pero el que estaba más chisposo era Iñaki, que llegó al Top-10 en partidos en la clasificación histórica del club: 445. Un gran disparo de éste la repelió Herrera, que empezaba a adivinar que iba a tener faena.
En el minuto 21 llegó una de esas jugadas que demuestran que en la era moderna el VAR es el jugador número 23 en los campos de fútbol. Iñaki disparó a puerta y el balón dio en la mano de Herrando, que tenía el brazo algo abierto. Se revisó si había una posición natural, pero en realidad el colegiado analizó en el monitor un pisotón previo fortuito de Galarreta a Oroz. Pues nada, que ahora se rearbitran hasta faltas en medio campo. La pena máxima, claro, se marchó al limbo, pero es que lo que vino poco después de esa falta que chivaron las imágenes fue un gran gol de Torró. Pudo hacer más Simón, que reaccionó tarde. Sigue con su rodaje hacia la mejor forma.
La capacidad de reacción de este Athletic es titánica, admirable. Iñaki siguió incidiendo y un pase cómodo desde la banda derecha permitía Guruzeta moverse como pez en el agua en el área. Se anticipó a Boyomo, que no tuvo su tarde, y metió un cabezazo a lo Aduriz. El choque no daba tregua. En el minuto 38, Oroz se llevó bien la pelota en el área y su disparo violento lo despejó Simón poniendo la mano derecha dura. Un clásico para los leones últimamente, que descuidan los centros laterales, se quedan mirando a la pelota y les rematan con sencillez. Herrera tuvo que intervenir posteriormente en otro disparo de Iñaki.
La segunda parte se aturulló un tanto por los problemas físicos de varios protagonistas. Moncayola se quedó en el banquillo en el descanso. Sancet se dolió del pie derecho, por un posible esguince. Luego Cruz tuvo que desfilar. Vivian se dolió del hombro. Y por poco le toca también a Iñaki, que es puro cemento, pero se dio una buena costalada. Antes de eso había inventado una jugada maradoniana, marchándose de Bretones, Oroz y Herrando, ganando línea de fondo y dejando en bandeja un balón servido para Guruzeta, aunque Herrera estaba ahí de nuevo para hacer un paradón.
A los leones les costaba sacar juego por dentro. Ante ese problema, siempre tienen una idea alternativa. No estaba pasando nada y un saque potente con el pie de Simón en el minuto 74 llevó a un error imperdonable de la zaga de Moreno. Saltó impetuoso Torró ante Areso, tras un malentendido con Boyomo, al que le sigue pesando la asignatura pendiente del juego aéreo. Herrando también tenía que haber estado más atento al cruce. El más listo fue Berenguer, que recogió el regalito de Papá Noel y cruzó la pelota a la red ante Herrera. El técnico osasunista acabó a la desesperada, con Budimir y Raúl de nueves para los minutos finales. Pusieron más corazón que cabeza y plasmaron el clásico quiero y no puedo. La suerte estaba echada porque este 2024 es rojiblanco. Y en sus últimos coletazos no iba a amargar al Athletic. “Que no son de Lezama, que son de Tajonar”, se burlaba El Sadar cuando aún no estaba decantado el pulso. Sean de donde sean, son buenísimos. No traten de derrotarles, simplemente admírenlos.
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Cambios
Pablo Ibáñez (45′, Jon Moncayola), Alex Berenguer (47′, Oihan Sancet), Abel Bretones (56′, Juan Cruz), Moi Gómez (56′, Kike Barja), Beñat Prados (66′, Íñigo Ruíz de Galarreta), Raúl García (78′, Rubén García), José Arnáiz (84′, Aimar Oroz), Yeray Álvarez (88′, Gorka Guruzeta), Mikel Vesga (88′, Nico Williams), Óscar De Marcos (88′, Andoni Gorosabel)
Goles
1-0, 24′: Lucas Torró, 1-1, 30′: Guruzeta, 1-2, 73′: Berenguer
Tarjetas
Arbitro: Alejandro Quintero González
Arbitro VAR: Daniel Jesús Trujillo Suárez, Valentín Pizarro Gómez
Guruzeta (86′,Amarilla)