Stuani acerca al Girona a la permanencia

Se acabó la mala racha. Tras 14 partidos consecutivos el Girona fue capaz de volver a ganar y da un paso de gigante hacia la salvación a costa de un Mallorca sin pegada, gris, pero que mantiene intactas sus opciones europeas. Stuani, el hombre más importante de la historia del club, fue quien firmó el gol de la victoria, pero el mérito fue colectivo. La lucha de Portu, la calidad de Arthur, el desempeño de Krejci o las intervenciones de Gazzaniga. Todos contribuyeron a sumar tres puntos que alejan el descenso a seis. El Mallorca, contemplativo, solo apretó en los minutos finales.

El Girona se sacudió rápido los nervios, las dudas y los problemas. Stuani, quién sino, adelantó a los locales en el minuto 10 tras cazar un rechace dentro del área, una de sus tantas especialidades. El gol se gestó con un desplazamiento en largo de Gazzaniga, algo complicado de ver en un equipo de Míchel, pero es que precisamente ese cambio de planteamiento pilló al Mallorca a pie cambiado. Mientras el Girona fue reconocible, mientras conservó la posesión, los de Arrasate no sufrieron. Cuando fueron verticales, algo inaudito, generaron peligro.

Tras el gol local el Mallorca gozó de sus mejores minutos en la primera parte, con un primer acercamiento, por la izquierda, y una ocasión clara de Darder con potente disparo desde fuera del área. Y ahí se acabó la producción ofensiva de los bermellones. El resto de la primera mitad, prácticamente media hora, consistió en un ataque prácticamente perpetuo del Girona. La garra, la velocidad y la inteligencia de Portu fueron un problema mayúsculo para Raíllo y Valjent, a los que volvió locos. La amenaza de Stuani siempre estuvo ahí y los balones verticales de Krejci generaron peligro. Un Girona poco reconocible, pero mucho más efectivo que en los últimos partidos.

Greif emuló a Gazzaniga con una parada excelente a un disparo ajustado de Yangel Herrera en el inicio de la segunda parte que pudo encarrilar el partido. La presión local siguió asfixiando al Mallorca, incapaz de trenzar cualquier jugada de peligro pero evitando el segundo gol local. Greif le negó esa posibilidad a Portu en un uno contra uno. El Girona no supo cerrar el resultado y le tocó sufrir en los minutos finales, pero la victoria nunca estuvo en riesgo.

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