El Valencia jugará el 12 de octubre contra la Selección de México en Puebla. Ese partido se encuadra dentro de una estrategia comercial en la que el club lleva trabajando desde hace meses, aunque el contexto deportivo implica que esta mini gira por México le pille a contrapié. Los ánimos no están para excursiones, a la espera de lo que suceda este viernes contra el Leganés, donde otro resultado negativo agravaría la situación y multiplicaría las dudas, ni tampoco el estado físico de varios futbolistas aconseja un viaje transoceánico.
El Valencia apenas estará 48 horas en Puebla. Llegará el día 11 a primera hora y regresará tras el partido al día siguiente. Allí, por lo tanto, solo dormirá una noche y está previsto realizar una sesión de entrenamiento. En este sentido se ha tratado de minimizar la estancia en México, aunque las 12 horas del viaje de ida y vuelta nadie se las quita. El Valencia, al menos, porque a LaLiga también le interesa su presencia en México, solicitó y consiguió que el siguiente partido contra Las Palmas se fijara en el horario de los lunes, ganando así uno o dos días más de descanso.
El club, a tenor de su caché actual en los baremos de este tipo de amistosos, percibirá una cuantía no superior a los 500.000 euros (más gastos de desplazamiento), aunque el beneficio indirecto por su presencia en México se espera multiplique esa cifra a medio plazo. Tal como informó AS, México es el tercer país que más audiencia aporta a los partidos del Valencia según la empresa Nielsen y es el sexto país en el que tiene tanto el club como LaLiga más seguidores en redes sociales. De ahí que se dijera “sí” a esta propuesta, a pesar de que en verano se rechazaron dos amistosos por tarifas similares en países asiáticos, aunque con menor retorno posterior.
El Valencia, por contrato, también por interés de imagen, tiene que presentar en México un equipo con un porcentaje mínimo de futbolistas del primer equipo. Pero ninguno de ellos con nombre propio (como sí lo estuviera por contrato Pablo Aimar en la gira por Japón en 2004, estuviera o no para jugar). Así que Baraja podrá dejarse en tierra aquellos jugadores tocados físicamente (caso de Rafa Mir, a pesar de que le concedió la jueza permiso para viajar a pesar de la medida cautelar de retirada del pasaporte; como lo normal sería que tampoco viajara José Luis Gayà, cuyo regreso al equipo se espera para el partido posterior al de México contra Las Palmas). Se da la circunstancia que ese fin de semana el Valencia Mestalla se enfrentará al Terrasa, aunque Miguel Ángel Angulo está ya acostumbrado a depender de los ‘mayores’.
Baraja, sea como fuere, verá como otro parón por compromisos de selecciones se le complica en lo que a la preparación se refiere. Precisamente el caso Mir explotó en el vestuario en el de septiembre, un parón que se veía idóneo para que los llegados a última hora (Barrenechea, Germán Valera, Rioja y/o Caufriez) se pusieran a tono y se integrarán; como también se le alterará el de octubre, sumándole a la crisis de resultados el viaje a México. Ello le impedirá, aunque la gira se sabe que está programada desde agosto, exprimir al máximo -tanto en entrenamientos como en recuperación- los 16 días que tendrá el equipo desde el duelo contra el Leganés hasta el de Las Palmas.
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