Se va el mejor pasador de los últimos tiempos, sin duda, un problema inesperado para el Real Madrid. Se despide Kroos siendo el centrocampista con mejor % de éxito en el pase (94,66%) de las cinco grandes ligas. Un agujero y, al menos, una salida con la que no contaba la entidad blanca. Ahora, el Madrid piensa cómo recomponer la situación, y en este sentido es Ancelotti quien tiene mucho que decir. En los últimos tiempos el equipo ha atravesado por varias maneras diferentes de jugar, y ha ganado con todas. Y a eso tendrá el italiano que darle ‘otra vuelta’.

Casemeiro, Kroos y Modric, la Santísima Trinidad, jugando como titulares en el centro del campo, ganaron cuatro Copas de Europa. Las tres de Zidane como técnico y la primera de Ancelotti, en 2022, tras su vuelta. Después de esa Champions conquistada en París, Casemiro abandona la entidad rumbo al Manchester United. El motor de esas cuatro Copas de Europa siempre fue el mismo, ellos tres, si bien en las tres de Zidane estaba vigente la BBC y en la de 2022 la delantera es otra, pues no están ni Bale ni Cristiano, pero sí Vinicius y Benzema y Valverde haciendo de bisagra.

El siguiente paso (hablando siempre de la sala de máquinas) fue tras la salida de Casemiro. Desde entonces, Ancelotti ha ido huyendo de alinear simultáneamente a Kroos y Modric (sólo 7 veces de 53 partidos disputados en lo que va de temporada) para introducir más músculo y energía. De este modo, sin la Santísima Trinidad Carletto tendió al 4-4-2 con un doble pivote compuesto por Kroos y Tchouameni (o Camavinga), con Valverde echado a la derecha y Bellingham a la izquierda (al menos, para defender) y Vinicius y Rodrygo en punta. Así ha ganado el Madrid la Liga y tiene muy cerca levantar también la Copa de Europa en una temporada memorable.

La salida de Kroos obligará al italiano a dar un paso más. A volver a inventar. Más aún si el Real Madrid no se decide a fichar. En ese supuesto, que el club no acuda al mercado hay al menos tres opciones un tanto evidentes. La primera es que Ancelotti vuelva al 4-3-3 con Bellingham más retrasado, de interior, y la otra es que siga con el 4-4-2 manteniendo la posición de Bellingham, y haciendo que sea Camavinga o Ceballos el que acompañe a Tchouameni en el doble pivote. Una tercera es en rombo con Güler en la mediapunta. En estas tres variables hay que contar con que ya estará en el equipo Mbappé.

Un 4-3-3 con Bellingham de interior…

Con este sistema Bellingham volvería a la posición en la que se dio a conocer en el Borussia Dortmund y en la que actualmente ocupa con Inglaterra. De interior por la izquierda. De este modo estaría más alejado del gol, sobre todo teniendo en cuanta lo que habrá en la parte de arriba (un súper tridente), pero también entrará mucho más en juego y participará en la construcción. En el tridente de arriba Vinicius, con más capacidad de sacrificio que Mbappé, ocuparía la banda izquierda y Rodrygo la derecha. Los dos deben estar comprometidos para que el Madrid no termine partiéndose.

Con rombo y dos puntas.

Si Ancelotti elige este sistema 4-3-3 puede tener una opción, una pequeña variante, que daría al equipo mucha calidad y también equilibrio en la que Güler sería protagonista. Rodrygo se caería del equipo y Ancelotti recuperaría en rombo, poniendo al turco detrás de los puntas, y dejando a Bellingham de interior. Es más o menos como ha jugado el Real Madrid esta campaña, pero ya se ha visto que Bellingham ha tenido que hacer muchos esfuerzos en defensa y es una incógnita si Güler está preparado para hacerlos. De este modo, y no como en el caso del 4-3-3, Vinicius estaría, como Mbappé, un poco más liberado en defensa.

Un 4-4-2, Kroos por Ceballos o Camavinga.

Si no hay ninguna contratación y Ancelotti quiere seguir poniendo a Bellingham en la posición que ahora ocupa en el campo, más cerca del gol, está obligado a buscar en la actual plantilla un sustituto para Kroos. El que tiene unas cualidades más parecidas, más allá de Modric, que en principio por edad seguirá teniendo un papel de revulsivo, es Ceballos. Es el momento del utrerano. Poner ahí a Camavinga con Tchouameni es poner un mediocampo con mucho músculo, pero quizá no con tanto juego como habría con el español. La opción de Güler en la media es más quimérica. Alejar tanto al turco del gol con la efectividad que está teniendo no es, ahora mismo, una opción.

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EI Real Madrid consiguió elevarse con un majestuoso 1-4 en la primera mitad en La Cerámica pese a desplegar dos futbolistas claramente desconectados del resto. Ceballos, que parece mentalmente tres escalones por debajo del resto, y Militao. Y con el brasileño, la lectura es en clave Wembley. En la maquinaria madridista donde incluso Güler y Lucas Vázquez acaban la temporada a la velocidad del extinto Concorde, una tuerca suelta como el utrerano no afecta al pleno funcionamiento coral. Pero Mili, sí.

El central está consiguiendo administrar minutos competitivos en el último mes. Son 421 minutos, pero muchos de ellos le han venido en tres partidos casi a placer, los del 3-0 al Cádiz y el 5-0 al Alavés, resguardado en el Bernabéu, y el 0-4 con el desahuciado Granada. Ensayos más para el fitness que para pruebas de competitividad real. Sí, estuvo en el 0-1 en San Sebastián, pero el ataque de la Real poco se parece al del Borussia Dortmund. En especial en la manera de cargar el área. Desde que volvió de su lesión del cruzado, lo más parecido que ha tenido que afrontar al borusser Füllkrug, casi un pilier de rugby, ha sido Sorloth. Rubios y vestidos de amarillo, imposible recrear mejor la simulación. Y ese test en La Cerámica terminó con cuatro ensayos del noruego en la portería blanca, con Militao saliendo en la foto de tres de esos goles. Mal asunto.

Rüdiger. En el descargo de Militao puede estar el ojo avezado de los expertos. Schüster, en el postpartido, no tuvo empacho en señalar a su compatriota Rüdiger como un factor necesario para entender los problemas del internacional brasileño. “Estuvo algo pasivo y dejó a Militao bastantes veces solo...”, analizó el exfutbolista y exentrenador madridista. Militao fue el eslabón más débil (también fue el segundo menos preciso en el pase, tras Joselu) en un descuidado ejercicio defensivo general de todo el equipo. Al Madrid le hicieron 21 remates y 23 centros…

Ancelotti, siempre presto a desdramatizar, acudió al rescate de Militao y del resto de la defensa por ese póquer de Sorloth. “No me preocupa porque fue un partido abierto, encajamos goles más de lo necesario, pero no pasa nada… no cambia lo que va a ser la final”. Eso fue después, porque antes, durante el partido, el torniquete a la hemorragia que supuso los tres goles de Sorloth en sólo ocho minutos (del 48′ al 56′) fue quitar de inmediato a Militao (en el 61′) para meter a Nacho. Significativo.

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En la selección ecuatoriana jugó 15 partidos y hasta el momento no ha marcado goles. Debutó en 2019 bajo las ordenes del DT, Hernán Darío «Bolillo» Gómez.

Su último partido con la Tri, fue por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo del 2026, el pasado 22 de noviembre del 2023 donde jugó tan solo 8 mintos en el triunfo por 1-0 ante Chile.

Aunque no se puede garantizar que tendrá un lugar en los 26 convocados, está en el radar del entrenador español Félix Sánchez Bas y actuaciones como las de hoy pueden subir sus aspiraciones.

Buena nueva para el madridismo. Luka Modric (38 años) está a punto de firmar su renovación por una temporada más con el Real Madrid. Todo se aceleró tras reunirse en la tarde del jueves con Florentino Pérez y una posterior conversación con el presidente mantenida en la mañana de ayer. El genio croata le expuso que su sueño es concluir su carrera deportiva de blanco y el presidente del club estuvo muy receptivo a la continuidad del jugador por su condición de leyenda del Real Madrid.

Modric, que cumplirá 39 años el próximo mes de septiembre, siempre ha estado dispuesto a continuar en el Madrid sin importarle lo más mínimo la cuantía del contrato. Sus magníficos minutos en la segunda parte del Etihad (incluida la prórroga) y los gloriosos 25 minutos ante el Bayern en el Bernabéu (salvando, incluso, un gol de los alemanes tras hacer una carrera increíble de 80 metros), han convencido a todas las partes de la idoneidad de seguir contando un año más con el maestro croata.

Arropado por la afición

Desde el club se ha valorado también las continuas ovaciones que ha recibido Modric no sólo en el Bernabéu, también en numerosos campos visitantes esta temporada. Un estatus, el del croata, de ídolo casi universal que prestigia al Madrid. Y el madridismo está entregado al 10. En la fiesta en la Puerta del Sol para ofrecer a la afición la Liga 36, hubo un arranque espontáneo de cánticos pidiendo su renovación al grito de “¡Modric quédate!”. La buena relación personal entre Modric y Florentino también rema a favor de corriente.

Un cariño que va en la misma línea del sentir del futbolista, feliz en Madrid y en el Madrid. El genio de Zadar no se ha sentido tentado por las ofertas de clubes árabes y, en todo momento, dejó claro al presidente que la cuestión económica no determinaría su futuro. No quiere escuchar ni las ofertas de Arabia ni las de la MLS que han llegado a la mesa de sus representantes. El dinero no mueve a Luka y sólo quiere ver cumplido su sueño de seguir de blanco un año más. De hecho, aceptaría una rebaja en su salario y repetir la próxima temporada ese papel secundario de este curso, convenciendo al staff técnico de que sus minutos pueden seguir siendo de calidad y decisivos para el equipo.

A Ancelotti no le sobra un futbolista de su experiencia con esta actitud y la conversación del jugador con el presidente parece indicar que un acuerdo que parecía lejano va a cristalizar finalmente para alegría de ese Bernabéu que corea su nombre un partido sí y otro también. Hay otro factor también relevante: si Nacho decide abandonar la entidad, el croata pasaría a cumplir otro sueño, ser primer capitán del equipo.

Modric llegó al Real Madrid en 2012 por recomendación de Mourinho y tras una durísima negociación con Daniel Levy, presidente del Tottenham. El Madrid acabó pagando 35 millones, que han resultado baratos. Sus comienzos fueron difíciles por culpa de las lesiones, pero pronto se convirtió en jugador fundamental de un equipo con el que ha conquistado cinco Copas de Europa. El 1 de junio, ante el Borussia Dortmund, puede conseguir la sexta e igualar el récord de Paco Gento. Luka se queda.

Tiene 25 títulos: a uno del récord que nadie logró

Con la Liga recién conquistada con total brillantez, Modric y Nacho han alcanzado los 25 títulos oficiales de blanco, igualando el récord que ostentaban desde el curso pasado Karim Benzema y Marcelo. Si se gana en Wembley la 15, ambos quedarán como los jugadores con más títulos en la historia del club blanco (26). Por eso y ante la tesitura de que Nacho pueda aceptar las ofertas tentadoras que le están llegando desde la MLS, Modric sabe que quedándose hasta 2025 tiene serias papeletas para inmortalizarse como el jugador de la historia blanca con más entorchados. Si se gana en Wembley, el equipo luchará por siete títulos el próximo curso: Champions, Liga, Mundial de Clubes, Copa del Rey, Supercopa de Europa y de España y Copa Intercontinental.

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Bouanga, ganador del Botín de Oro presentado por Audi en 2023, tiene ahora 8 goles y 5 asistencias en este año, gracias a los dos tantos que anotó en CITY Park, y convertirse en uno de los seis jugadores con al menos 8 dianas en esta temporada.

También anotó el décimo gol ganador de su carrera, uniéndose a Carlos Vela como el segundo jugador en la historia de Black & Gold con una cifra de goles ganadores de dos dígitos. Casi el 35% de los goles de Bouanga en la temporada regular resultaron ser ganadores (10 de 29) para LAFC.

Bouanga tiene ahora tres premios como Jugador de la Jornada, el último de ellos correspondiente a la Jornada 23 de la temporada 2023. Es uno de los tres futbolistas de LAFC -junto con Vela y el actual jugador de Columbus Crew Diego Rossi- en ganar al menos tres reconocimientos como Jugador de la Jornada en MLS.

Pichi es el chulo que castiga.

Griezmann y De Paul trasladaron a la hierba de Getafe eso que a 12 kilómetros del Coliséum llevaba Madrid todo el día escuchando: un chotis como música de Champions, esa que el Atleti abrazó sin más dilación en el día de San Isidro, 15 de mayo, su fiesta patronal. El argentino puso la música y el francés, los claveles. Para deleite del Cholo.

Y eso que el Getafe, ya de vacaciones, salió con más ímpetu que el Atleti, el único que de verdad en la noche se jugaba algo: abrochar de una vez desde la matemática esa cuarta plaza que da acceso a la próxima Champions. Bordalás, sin banquillo por las bajas, lo llenaba de chavales y, extrañamente, con sus dos únicos delanteros, Mata y Latasa, mientras llenaba el campo de centrocampistas. Fue a Aleñá al que le tocó referenciar el ataque. Nunca se llegó a acostumbrar. El Getafe podía tener la pelota pero era inoperante. Los del Cholo tardaron un rato largo en arrancarse el ritmo trotón.

La iniciativa era de los centrocampistas de Bordalás, Aleix, Milla y Maksimovic, por mucho que el Atleti se haya alejado del 5-3-2 como quien lo hace de un vicio para abrazar el 5-4-1 con más abrigo. Barrios y De Paul acompañaban de inicio a Koke mientras Correa ocupaba estaba vez la punta. Griezmann, desde la izquierda, trataba de rascar espacios en un partido que, salvo por una cesión hacia atrás que casi compromete a Soria, pudo comenzar sin porteros. Y eso que Greenwood emergió del túnel como en el Metropolitano: patinando en la hierba y buscando costuras a Llorente y Witsel en una baldosa. Pero, mientras la radio contaba que el Athletic le marcaba al Celta primero en Vigo, por si acaso, un francés abría los ojos de pronto para arrancarse el hielo del pie y envolvérselo de nuevo en seda. Antoine Griezmann alias Grizi. Había llegado a Getafe con un cómplice, De Paul, que San Isidro es en la pradera un día de amigos. El argentino volvió a jugar como ese futbolista capaz de bajar al pecho estrellas del cielo.

Atisbó el desmarque de Antoine abriendo boquete a la espalda de Carmona y Gastón y allá que le envió el balón, desde lejos y con el empeine. Si el pase fue fabuloso, el control, igual. Plin y plaf, balón a la red. Quedaba inaugurado el Día de la Marmota en Getafe, la rutina de todos los derbis desde hace 13 años. 0-1. Greenwood, que tenía ocho años la última vez que el Getafe le ganó al Atleti, allá por 2011, año I antes del Cholo, pudo empatarlo seis minutos más tarde. Fue en realidad más demérito de Hermoso que de ese Getafe que había salido a la noche sin puntas.

Arriesgó el central con un pase atrás por alto que vendió a Witsel y rebañó el Getafe. Envío raso al inglés que, desde la frontal, golpeó con la zurda y toda intención, pero en su vuelo a la red la pelota se topó con Oblak que saltó para tocar lo justo y repeler la pelota al larguero. Justo antes del descanso, mientras a 12 kilómetros se preparaban los fuegos artificiales para cerrar la fiesta de San Isidro, Griezmann volvía a hacerse un baile para ‘castigar’ como buen chulapo. De Paul, por supuesto, andaba también por allí: balón picado del argentino hacia Correa que, al borde del fuera de juego, centró al segundo palo. Lino no llegó primero pero Griezmann después sí. 0-2.

Bordalás regresó del reposo con sus dos delanteros sobre el césped en un triple cambio. No tuvieron tiempo para cambiar nada, sin embargo: Griezmann hacía el tercero después de correr y filtrar Lino. Golpeó la pelota con la punta, se la coló a Soria entre las piernas para finiquitar el partido y la temporada. O no. Porque tras la cuarta plaza va la tercera, a dos puntos, y ahora ese es el reto del Cholo. Alcanzar al Girona en las dos jornadas que quedan de Liga. Un Cholo que completó los cinco cambios pero en ninguno estuvo Morata, por cierto. A Bordalás ya nada le salió. Mientras, allá donde una vez estuvo el Vicente Calderón, a los pies de la pradera y la Hermita del Santo, seguía sonando ese chotis en bucle. Pichi es el chulo que castiga. Ayer fue Grizi. Para que no se apague la Champiooons.

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