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Nápoles todavía no se ve desde Vigo para el Barça. Aunque la Champions está ahí delante, y es el único título que los azulgranas tienen aún al alcance, de manera real o utópica según opiniones, los de Xavi tienen todavía cosas demasiado importantes por resolver en la Liga. La primera, la visita de esta tarde a Balaídos (18:30 horas, Dazn), un estadio en el que ha pasado más de una mala tarde, y contra uno de los futbolistas que más ha maltratado a Ter Stegen. Iago Aspas le ha marcado diez goles al Barça. Es la tercera víctima favorita de su dilatada carrera (sólo le ha hecho más al Sevilla y a la Real Sociedad) y, aunque los años no pasan en balde para el Príncipe de las Bateas, las goteras en defensa de los azulgranas dan esperanzas a cualquiera. El Barça ha encajado 23 goles desde que empezó el año 2024 y le han disparado 150 veces en once partidos. Una bicoca para los rivales, veremos si también para el Celta, que corre por salir del fuego de la zona de descenso (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Hay curiosidad por saber qué ha hecho Xavi durante la semana para enderezar una situación que amenaza con despeñarlo del cargo antes incluso del 30 de junio. De momento, dos entrenamientos duros (miércoles y jueves) según confesó Lewandowski, quien además trató de animar a la tropa anunciado: “Al final, ganaremos algo esta temporada”. El técnico podría repetir con el experimento de Christensen en el doble pivote. Con João Félix y Ferran todavía fuera de la circulación, el Barça jugará con cuatro centrocampistas. La duda reside en saber si Xavi optará por Lamine Yamal o Raphinha en la posición de extremo derecho. Tal vez sea una pista para Nápoles…
El Celta, mientras, está expectante y algo desconfiado porque si uno atiende a la estadística comprueba que el Barça todavía no ha perdido fuera de casa y es capaz de cosas extrañas, como darle la vuelta a partidos (a veces, para volverlos a perder). El Celta ya sufrió esa montaña rusa en el Lluís Companys, donde jugó un partido muy serio y ganaba 0-2 hasta que se marchó Aspas y, casualidad o no, se cayó. Benítez, cuyo puesto ha estado en cuestión casi toda la temporada, sí cuenta con el respaldo del vestuario, que le ha comprado sus cambios tácticos. Uno de los últimos, ver al exazulgrana Mingueza como extremo. Si el Barça no quiere llegar a la sísmica Nápoles en medio de un volcán, le conviene tener una tarde tranquila en Balaídos. Pero eso, en el Barça de estos días, es mucho decir.
