Se acabó el debate: Lunin es el portero titular del Real Madrid. Y esa frase es mucho, porque supone el punto y final a un asunto que hace mes y medio bailaba entre bocas y portadas. Que era la gran incógnita de Chamartín. Y una pregunta asegurada en cada rueda de prensa. Eso se ha acabado: Lunin ha hecho de la meritocracia su estandarte y se lo ha ganado. No lo verbalizará Ancelotti, afianzado en aquello de que tener “dos titulares” mantiene a ambos enchufados, en tensión. Pero la realidad es que la portería de Schrödinger ya es historia. El titular es Lunin. Jaque mate a Kepa.
Los guantes del ucraniano han participado en nueve de los últimos diez partidos. Todo cambió en Arabia: Kepa jugó las semifinales frente al Atlético y, tras una gris actuación, sembró las dudas. Tras días de debate y runrún, Ancelotti apostó por Lunin para la final… y desde entonces lo ha jugado todo, menos el enfrentamiento ante el Almería (3-2). Ya son 19 partidos oficiales y nueve porterías a cero. Y es que ante el Sevilla, precisamente, superó a Kepa, que se mantiene en los 18 encuentros (y siete porterías a cero).
Fue una noche de poco trabajo, pero intenso cuando llegó. Y en la que protagonizó la que será una de las paradas más recordadas de toda su carrera: era el minuto 52 y el marcador seguía 0-0, cuando Ocampos puso un centro al corazón del área e Isaac Romero remató a bocajarro. A la espera de la inteligencia artificial, cualquiera esperaría, mínimo, un 90% de probabilidades de gol. Pero Lunin se hizo gigante y detuvo el disparo con un pie milagroso. Fue su única parada en todo el partido. Pero qué parada. “Es de las paradas de su vida; de las que saldrán cuando le hagan el típico vídeo de highlights cuando se retire”, opina Álvaro Benito, columnista de AS.
La sombra de Courtois
Andriy se está haciendo fuerte y eso tiene dos consecuencias. La primera, el jaque mate a Kepa. Ya no hay debate. C’est fini. Pero la segunda es que los ojos con los que se mira al regreso de Courtois son diferentes a los de hace unos meses (se le espera en torno a abril-mayo). La afición ha pasado de la urgencia, al deseo. Se siente que su retorno supondría un fichaje galáctico, pero que su ausencia ha dejado de ser la hemorragia que, por momentos, pareció. Lunin la ha cosido a base de paradas, como la de Isaac Romero, como las de Leipzig. Se ha hecho fuerte y suma argumentos para continuar: tiene contrato hasta 2025 y su intención es quedarse, mínimo, hasta entonces. Es feliz en Madrid y en el Madrid. A Kepa ya le ha ganado la partida.