Los Milwaukee Bucks (26-12) se sacudieron este jueves las dudas de los últimos partidos con una apabullante victoria sobre los Boston Celtics (29-9), que ya perdían de 37 puntos al descanso (75-38) y que terminaron cayendo por un descomunal 135-102. Era el partido de la jornada en la NBA, el choque más esperado entre los dos mejores equipos del campeonato, y se pudo presenciar una paliza histórica que pocos olvidarán.
Sin embargo, en Estados Unidos casi nadie podrá realmente recordar lo que sucedió tras el descanso salvo aquellos presentes en el Fiserv Forum de Milwaukee, Wisconsin, y todo por una decisión de la televisión poseedora de los derechos de la NBA que ha suscitado mucha polémica al otro lado del Atlántico.
TNT, cadena dueña de los derechos de emisión de este partido en televisión nacional, reaccionó a la posible falta de emoción del encuentro cortando su emisión en el descanso, sin previo aviso. Los Bucks dominaban doblando prácticamente en el marcador a los Celtics, y para remontar el drástico descenso de su audiencia optaron por cambiar y conectar con el Dalla Mavericks-New York Knicks, más igualado pese a que el lesionado Doncic no jugó.
La cadena estadounidense al menos tuvo la deferencia de seguir ofreciendo baloncesto en directo para deleite de los seguidores de Mavs y Knicks, que cierto es que ofrecieron un encuentro mucho más parejo e igualado. Los locales, sin Doncic, rompieron de hecho la racha de cinco triunfos seguidos de los Knicks al imponerse a los neoyorquinos por 128-124 con un Kyrie Irving muy inspirado.
Eso no evitó la furia y la indignación de todos los que seguían interesados en ver a su equipo por televisión, en casa, en el trabajo o con amigos. Sin embargo, la tiranía de las audiencias, con el prime time, la cuota de pantalla, el share, las demográficas y el minuto de oro, es indiscutible en Estados Unidos, donde son parámetros y métricas prácticamente sagradas en el mundillo de la TV.
Si algo no funciona, va fuera, incluso si se trata del producto de la mejor liga de baloncesto del mundo, y quizá la más popular de su país. Poco importa si esa popularidad no se traduce en lo único que interesa a una televisión y sus patrocinadores, audiencia; y eso que la NBA vive un momento álgido a nivel empresarial y de relación con las cadenas televisivas.
La liga norteamericana, de hecho, tiene previsto pedir de inicio 2,6 billones de dólares por los derechos en 2025, ya que estos expiran a nivel nacional, local e internacional; el triple de lo conseguido en su última negociación. Lo más curioso es que en esa puja, como hasta ahora, Warner Bros participará con TNT para conservarlos junto a Disney con ESPN. Las operadoras de streaming como Amazon o Apple, eso sí, aguardan expectantes una oportunidad para entrar en el negocio.
