Davide Ancelotti (34 años) diseña su propia hoja de ruta en los banquillos. De momento ha dado instrucciones para que su agente, Frank Trimboli, el mismo que lleva los asuntos de su padre, no escuche ofertas. Su idea es seguir al menos un año más formando tándem con su progenitor, con el que trabaja codo con codo desde 2016. Esta temporada Davide tuvo una suculenta oferta del fútbol saudí y la desechó. También se habló del Everton, pero según ha podido saber AS de fuentes muy cercanas al propio entrenador, no llegó a haber una oferta concreta. Han sido muchos los clubes (varios españoles, como el Sevilla, italianos e incluso de la Premier) que han llamado recientemente a la puerta de Davide. Pero todo quedó en una primera conversación porque él mismo, muy centrado en el Real Madrid, frenó esos intentos de seducirle.
Davide ha cerrado la puerta, de momento, a salir de la entidad blanca. El verano de 2025, cuando termine la próxima temporada y a una de cumplir su contrato de blanco (como su padre), volverá a evaluar la situación. Porque su idea es comenzar, antes o después, una carrera como primer entrenador en la élite. Todo dependerá de lo interesantes que le resulten las propuestas cuando llegue el momento. El hijo de Ancelotti está saliendo muy reforzado de esta etapa en el Madrid. Más aún en los últimos meses, en los que ha tenido mucho protagonismo en algunas decisiones que han sido importantes para ganar la Champions, como la insistencia para que Joselu entrara al campo ante el Bayern o esa jugada del gol de Carvajal en la final. La estrategia es labor suya y de Francesco Mauri, éste, hijo de otro gran colaborador de Carletto durante mucho tiempo, Giovanni Mauri.
El trabajo de Davide está despertando mucho interés en los principales clubes europeos. Son ya varios los que han querido conocerle para saber su método de trabajo y la posibilidad que habría de formar un proyecto común de cara a un futuro próximo cuando ya no esté en el Real Madrid. No ha habido concreción de ofertas porque Davide, de momento, tiene cerrada esa puerta. Y permanecerá cerrada, al menos, una temporada más, hasta que termine la próxima temporada.
“Las sospechas por ser quien soy me sirven de motivación”
Davide acompaña a su padre como segundo entrenador desde la época de éste en el Bayern, en 2016 (tras el equipo alemán vinieron Nápoles y Everton además de Real Madrid). A pesar de su juventud (34 años) son ya 12 años de experiencia los que acumula Davide en los banquillos del más alto nivel y habiendo ganado muchos títulos: dos Supercopas y la liga alemana, y en España dos Supercopas nacionales, dos Ligas, una Copa, dos Champions, una Supercopa europea y un Mundial de Clubes.
Davide Ancelotti habla cinco idiomas y se ha formado como técnico concienzudamente, cumpliendo etapas hasta convertirse en la otra mitad de Ancelotti que es hoy. Con 22 años ya se había licenciado en Ciencias del Deporte. Su tesis sobre la Metabolimetría, tan específica, fue calificada con matrícula de honor, y obtuvo puntuaciones muy elevadas en sus cursos como entrenador: un 137 de 140 en la licencia UEFA B y un 13 de 15 en la licencia UEFA A. En esta última fue el mejor de su promoción.
Pero en realidad, Davide se ha formado como técnico a pie de campo, siempre al lado de su padre. “Si consideramos el hecho de trabajar con mi padre, en algunos aspectos genera muchas expectativas, y eso me da mucha motivación, ganas de tener éxito”, reflexionaba el entrenador en una reciente entrevista con este periódico. “Yo no puedo decir que tenga la misma hambre que uno que viene de abajo, porque yo tengo la suerte de venir de una familia en la que no me ha faltado nada. Podrían decir, ‘éste está acomodado, no tiene hambre’. Pues bien, yo encuentro el hambre de triunfo en otras cosas, en la necesidad de tener que demostrar, en cumplir con las expectativas, en las sospechas que genera el hecho de ser el hijo del entrenador… Todo eso se convierte en motivación para mí”.
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