miércoles, enero 15, 2025
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Josu Uribe: “Esa llamada de Manolo Torres me cambió la vida”


Acaba de terminar la reunión con su equipo de trabajo al frente del Beroe, de Bulgaria, donde está tan “a gusto desde hace casi cuatro meses”. Hace poco más de dos décadas, en Gran Canaria y al frente de Las Palmas, Josu Uribe empezó su carrera profesional en los banquillos.

También ejerció en el Getafe, rival del equipo insular en el Estadio de Gran Canaria. “Fui el primer entrenador de Las Palmas en aquel recinto y el último en el Estadio Insular”, recuerda. Contagia toda la emoción del mundo al hablar de este último. «Aquello era fútbol en esencia de verdad», sentencia.

Con esa entrevista se salva una vieja deuda teñida de sueños de juventud y aspiraciones que el tiempo no detiene. Josu Uribe, pura amabilidad y servicialidad, rara avis en el fútbol profesional por el encanto que destila nada más descolgar el teléfono, repasa, con precisión cirujana, aquellos comienzos en Las Palmas y Getafe, donde se culpa a él mismo por no entrenarlo en Primera.

Este antiguo estudiante de Periodismo le quiso entrevistar desde que le veía en la banda del Estadio Insular durante la temporada 2002/2003.

Fui el entrenador que inauguró el de arriba (Estadio de Gran Canaria), contra el Anderlecht, y el que cerró el Insular contra el Elche (4-1). Tengo el enorme orgullo de ser el último entrenador de Las Palmas en el Estadio Insular y el primero cuando se jugó en el otro recinto.

¿Por qué era tan mágico jugar en el Estadio Insular?

Era increíble… Llegabas y ya estabas disfrutando. Aparecías y aquello olía a fútbol que tiraba para atrás. Veníamos del hotel de comer y echar la siesta y estaban los coches esperándonos para acercarnos y llevarnos. Llegábamos a la puerta de entrada a los vestuarios y aquello ya estaba lleno de gente. Salías a calentar y respirabas fútbol, era tremendo. Todo el mundo que llegaba lo decía: había pocos campos en los que la gente viviese eso así. A la afición le dabas un poquito y se volcaba de una manera terrible. Aquello era fútbol en esencia de verdad.

Estamos hablando del curso 2002/2003. ¿Cómo lo recuerda? Las Palmas estaba en la ruina y usted coge al primer equipo y lo deja quinto, en Segunda, al acabar la temporada.

Pues fíjate… Acabamos empatado con el cuarto, el Levante, que hizo los mismos puntos que nosotros (65). Subieron el Murcia, el Zaragoza y el Albacete. Creo que, económicamente el club estaba en el peor momento de su historia. De hecho al siguiente año ya se bajó a Segunda B. Había un montón de jugadores que querían ser futbolistas: los Pedro Vega, Rubén Castro, Carmelo, Alberto Hernández, Javi Martel… Toda esa gente vino con mucha hambre y los utilizamos un montón de minutos. Momo y ‘el Moco’ (David González) venían detrás. Luego había una serie de veteranos como Orlando, Álvaro, Baiano, Monteagudo… que nos ayudaron un montón. Toda esa mezcla nos ayudó a hacer un vestuario brutal. Me hicieron dos huelgas de estar 15 días sin entrenar porque no cobraban, y ganamos dos de esos tres partidos. Imagínate el espíritu que tenía el equipo. Me acuerdo que uno fue en Tarrasa, cuando el partido se nos hizo infinito y ganamos 0-1. Los chicos no entrenaban.

“Los futbolistas hicieron dos huelgas de 15 días porque no cobraban. Entrenábamos el día antes de jugar y ganamos dos de esos tres partidos. Imagínate el espíritu que tenía aquella plantilla”

Josu Uribe

¿Iban a jugar y ya está?

Sí. Entrenábamos el sábado por la mañana para viajar y así estuvimos tres semanas. Hicimos siete puntos. Le empatamos en casa al Levante de Mijatovic y ganamos los dos partidos de fuera. Imagínate.

Teniendo en cuenta tanta inestabilidad, ¿con qué cara se dirigía usted a los futbolistas?

Es lo que te decía. Al final, les hice ver que la mayoría estaban empezando. Todos los chiquillos por los que apostamos, toda esa gente joven. El no competir de verdad no acarreaba nada bueno. Ya no era solo ser profesionales. Había que ser futbolistas, vivir el fútbol, y la mejor manera era tirar para adelante y ganar, empatar, sumar. También tenía un staff con Octavio, Carnevali y Verona que, para un pibe como yo, era una pasada trabajar con ellos. Tengo 55 años, así que imagínate. Orlando y toda esa gente eran mayores que yo (se ríe). Me ayudaron un montón a mantener la intensidad del entrenamiento, a comerles la cabeza… Fue un año muy duro para la institución. Además, se metió el Cabildo, que echó para adelante. Creo que no hubiésemos ni empezado la liga. Económicamente la situación era muy dura.

Uribe dirigiendo un entrenamiento durante su etapa como entrenador de Las Palmas.

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Uribe dirigiendo un entrenamiento durante su etapa como entrenador de Las Palmas.

Siendo un pibe, como usted dice, ¿cómo acabó fichando por Las Palmas? Por ahí estaba Manolo Torres como director deportivo.

Saqué el curso nacional en Canarias. Estaba en Fuerteventura y ahí Manolo (Torres) me dio clase. Era el director deportivo de Las Palmas y estaba buscando entrenador. Lo que es el destino… Yo había firmado y sido presentado con la UD Lanzarote. Él ve esa imagen y se le encienden las luces: “Es el perfil que necesito. Un tío que no venga a cobrar, que venga a trabajar, que tenga hambre. Lo conozco y sé que tiene buenas maneras y trabaja muy bien”. Y así fue. Cuando llego a casa de entrenar con el Ribadesella, que estaba jugando el playoff para subir a Segunda B, que al final ascendimos, Manolo me llamó. Hacía años que no hablaba con él. Me explicó la situación preguntándome que si me atrevería, y fue la oportunidad que me cambió la vida. Por eso digo, siempre que juegan Las Palmas y Getafe, que para mí es un partido muy especial porque Las Palmas es el equipo que me dio la posibilidad de vivir del fútbol cuando venía de entrenar en Tercera y ascendiendo a Segunda B, pero era un pibe y me dio ese paso. Luego, el Getafe me dio un ascenso a Primera División y eso es imborrable. Es un partido difícil para mí (sonríe).

Tras aquella magnífica temporada a nivel deportivo, ¿por qué no siguió en Las Palmas?

Faltando un mes, mes y medio, tenía decidido irme. Había sido un año durísimo y teníamos bastantes opciones. Me cogió Pedro Bravo (agente de futbolistas y entrenadores) y vimos la posibilidad de ir a Getafe, que olía muy bien. Era un equipo muy humilde pero estaba haciendo las cosas muy bien. Pedro me aconsejó desde el primer momento el salir porque la situación de Las Palmas era muy complicada y era casi un milagro volver a hacer lo mismo. Fue una decisión muy acertada la de salir, y total aquella de ir a Getafe. Pero te vas a gusto. Estábamos muy bien, Gran Canaria encandila. A nivel profesional era el momento de buscar una salida porque la situación del club era muy, muy difícil. Evidentemente, pelear como lo hicimos arriba era muy complicado de repetir.

En Getafe tampoco le pudo ir mejor.

(se ríe). También cogí un vestuario con un grupo muy bueno. Un equipo sin presión cuyo objetivo era salvarse lo antes posible y poder soñar. Solo subían tres y de manera directa, algo que también era muy difícil. Recuerdo aquella primera reunión con Antonio Prieto y Ángel Torres. Hablamos de que el primer objetivo era dejar al Getafe en Segunda, asentarnos. Venían de solo un año en Segunda A. Querían también que el club diera un paso adelante para ser un equipo de mitad de tabla para arriba. Así empezó la broma. Y la broma acabó como acabó. Fue una labor de todos en un club que trabaja muy bien el día a día con respecto a los pagos, la confección de plantilla, la tranquilidad que te dan cuando los resultados no son buenos…Todo eso suma mucho en el fútbol.

Tras ascender con el Getafe, ¿qué pasó para no quedarse entrenando en Primera División?

Había una distancia entre Ángel y yo. Por tonterías, la juventud, por todo. Cometo un error como es salir. No por haber ido al sitio que fui, a Elche, donde estuve dos años. También es un club histórico y no me arrepiento. Pero sí fue un error ganar la Primera División y no disfrutarla con 33 años.

A raíz de eso, ¿le queda esa espinita de no haber podido entrenar en Primera?

Claro… Luego ya me costó cuando me fui a Elche. En Primera División es muy difícil entrenar salvo que seas futbolista profesional o vengas de un ascenso como está Borja en el Leganés. Tuve esa posibilidad de ascender a Primera y entrenar, pero quien la aprovechó fue Quique Sánchez Flores. Al final se mantuvo y de ahí se fue al Valencia. Siempre que veo a Quique me entraba una nostalgia porque esa era mi oportunidad. Lo que luego pudo conseguir Quique entrenando a Atlético de Madrid, Valencia… a lo mejor a mí me hubiese tocado algo. Nunca se sabe.

“Fue un error ganar la Primera División y no disfrutarla. Tuve una oportunidad y quien la acabó aprovechando fue Quique Sánchez Flores. Tras el Getafe entrenó a Valencia, Atlético… Quién sabe si a mí me hubiera tocado algo”

Josu Uribe

¿Qué partido espera este domingo?

Las Palmas ha mejorado mucho a nivel defensivo. Comete muchos menos errores que a principios de liga, cuando concedía tantas facilidades. El Getafe es un equipo que no da ninguna facilidad. Para Las Palmas es un partido importante para alejarse mucho de la parte de abajo, y para el Getafe es un duelo clave porque daría un paso de gigante. Todavía no ha ganado fuera. Creo que será un partido muy trabado, difícil, como los hace el Getafe. Las Palmas, en ese sentido, estará fuerte atrás. Será un duelo muy igualado y competido. El factor campo también puede influir.

Entrenó a Las Palmas y también en Fuerteventura, Lanzarote o La Palma. ¿Qué tienen de especial para usted las Islas Canarias?

Llegué a Fuerteventura en 1999 con el Pájara Playas y me enganchó totalmente. Estuve dos años, y ahí fue donde saqué el curso nacional. Imagínate: he vivido en La Palma, Lanzarote, Gran Canaria, Fuerteventura… Es un parte de mí que me hace muy feliz pero estos años quizás me acomodé en La Palma. Tenía que haber volado y entrenado más rápido fuera. Pero es que allí estaba tan a gusto y tan feliz… Le tengo mucho cariño. Allí he trabajado muy bien. El canario es una persona que, como digo yo, te la tienes que ganar, y si lo haces te lo da todo. Ahora, por ejemplo, La Palma es mi casa. Llevo cuatro años allí. Soy muy feliz, tengo muchos amigos. Aunque soy del Norte y parece que somos muy distintos, congenio muy bien con el futbolista canario. Le exijo mucho pero congenio muy bien. Al ser muy abierto y hablar con todo el mundo congenio muy bien con la gente canaria en general.

“Cuando te ganas a alguien de Canarias, te lo da todo. Estos últimos años quizás me acomodé en La Palma y tenía que haber volado antes. Pero es que estaba tan a gusto… Es mi casa”

Josu Uribe

Habla de usted de tener que haber volado antes de La Palma. Cuando por fin lo hizo aterrizó en Bulgaria. ¿Cómo le va por allí?

Estoy muy contento y en un equipo especial (Beroe), con seis españoles, siete argentino y capital argentino-español. Tenemos una serie de futbolistas búlgaros. Somos un equipo muy joven que quiere vender, que quiere proyectar a los futbolistas. Tengo una plantilla en la que todos los jugadores parecen mis hijos. Nos ha salido muy bien porque el fútbol búlgaro es muy técnico y muy físico, y nosotros somos todo lo contrario: un equipo pequeñito, dinámico, que aprieta muy arriba, que juega bien al fútbol y transita muy rápido. Esto les está incomodando mucho y de ahí toda esa serie de resultados que nos han disparado en Copa y en Liga. Llevo aquí muy contengo casi cuatro meses.

Incluso roneando con los puestos europeos.

Sí. Ahora mismo tenemos plaza europea pero será difícil mantenerla. En Copa estamos en cuartos, a un partido de la semifinal. Tenemos un equipo que no es de los cuatro grandes búlgaros, que están muy por encima de todos, pero nos podemos plantar en semifinales de Copa, lo que también da opciones de jugar en Europa en caso de que se metan los equipos que van la Champions, que se van a meter. La gente está muy ilusionada con la Copa. Este equipo fue dos veces campeón de la competición hace muchos años pero hace tiempo que no llega ni a la semifinal. Estamos a un partido de conseguirlo. La gente está muy ilusionada.

Tras haberse ido hace más de 20 años de Las Palmas y Getafe, ¿alguna vez tuvo la posibilidad, más o menos cercana, de volver?

(lo piensa). Con ninguno de los dos. A veces lo pienso y son clubes en los que me gustaría trabajar y ayudar porque los quieres y tienes un cariño especial. Te sientes con la capacidad y la experiencia para hacerlo. Pero has decidido otras cosas, ido por otros caminos, y hay que respetarlo. Con el Getafe hubo veces en las que estuve a punto de poder volver pero nunca se dio. Y lo mismo con Las Palmas. Pero es lo que hay. Toca seguir trabajando. Son dos clubes a los que tengo en el corazón y siempre te gustaría echar una mano si te lo piden algún día.

Entrenar en la Primera División española es una espinita que no descarta sacarse aunque ahora le vaya tan bien la búlgara.

Aquí estoy muy contento y no pienso en eso. Aquí todos seguimos al fútbol español pero ahora mismo mi mente está en trabajar aquí con un proyecto bastante bonito e ilusionante.

Marcar distancias

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Condenados a entenderse tanto como parece, Las Palmas y Getafe le echan hoy su particular candado a la primera vuelta mezclando posibilidad y necesidad de mandar un aviso a navegantes. Ocurre que ambos equipos son rivales directísimos en la lucha por la permanencia, y es momento de ser más hormiga que cigarra para no pasar apuros cuando llegue la meta final y no una volante como esta (sigue el partido en directo en As.com).

El duelo que ambos dirimen este mediodía en el Estadio de Gran Canaria, santuario de Las Palmas, está indiscutiblemente marcado por las ausencias. Ocurre que Diego Martínez cuenta, salvo sorpresa de última hora, con tres de sus pretorianos indiscutibles como Viti, Campaña, lesionado en el duelo copero de Elche, y Essugo, por lo que tendrá que recomponer especialmente su centro del campo, donde Javi Muñoz y Loiodice opositan fuerte para ocupar el doble pivote con la inestimable ayuda de Kirian Rodríguez. Por delante, Sandro Ramírez, un ex del Getafe, volverá a ser de la partida una vez superados los problemas de salud que le impidieron jugar durante el descalabro de Elche (4-0).

Bordalás no podrá contar ni con el sancionado Diego Rico ni con el lesionado Nyom. A cambio consigue tener ya consigo a Borja Mayoral por primera vez este curso.

Sea como fuere, al Getafe, cojo, parece urgirle acudir al mercado invernal. Ocurre que, por diversas circunstancias, Bordalás confeccionó una convocatoria de circunstancias con seis canteranos subidos en el avión: Benito, Argüelles, Lohr, Cuéllar, Ismael Bekhoucha y Coba.

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Faltas cometidas

Christantus Uche


30

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Christantus Uche


41

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